Poemas por Jorge García de la Fe

Por Jorge García de la Fe 

Amor que llegas a mi vida ahora

Amor que llegas a mi vida ahora,

¡dame las claves para discernir

tu rostro entre las máscaras! Sentir

casi no puedo; la anestesia mora

 

en este cuerpo tan manipulado

principalmente por su descreimiento.

No sé si ya es muy tarde; no te miento.

¡Me traes -con tus mieles- embarrado!

 

Amor que me propones casi nada:

jadear con gusto el aire que nos quede

juntitos y mirarnos a los ojos

 

sin miedo. Amor, te doy la madrugada,

la muerte que -ya en mí- no retrocede.

¡Yo no te apartaré de mis despojos!

 

Como -de abrigos- venidos a menos

Como -de abrigos- venidos a menos,

como de flauta y de guitarra, como

de caracoles lomo sobre lomo

a cuestas, como dos verbos obscenos,

 

como el vagar errático del polo

austral de Venus, como puercoespines,

como frotar de arcos en violines,

como locura de émbolo en alveolo,

 

como angelitos, como bestias ruines,

como aves tiernas, como trogloditas

que se escaparon de una psiquiatría,

 

como coleópteros, como delfines

-en el azul- juntando sus boquitas

nos amamos anoche, vida mía.

 

Con estos jugos más que juguetones

Con estos jugos más que juguetones,

con estas pieles más que peligrosas,

con estos brazos abrasivos; cosas

nos coseremos en los corazones.

 

Con estas bocas más que a besuquearnos,

con estos dedos más que dedicados,

con estas manos más que a manoseados,

con estas ganas gónadas; gozarnos.

 

Con estos dientes dardos al destrozo,

con estos cuerpos en corporación,

con estas carnes en carnestolendas,

 

con estos trazos de hacer trizas trozos,

con esta zalamera salación;

nos romperemos rítmicos, sin riendas.

 

 Girar, girar, girar como derviche

Girar, girar, girar como derviche

para burlarme de la gravedad

con que me asumo: la necesidad

tan eucarística de tu fetiche.

 

Pero me afinco al lodo, a la mazorca,

a la frutal dulzura con que muerdo

cada pedazo tuyo, el lado izquierdo

del pecho al que es -mi amor- ajorca.

 

No quiero más sagrada procesión

que recorrer el diablo que te late

por todo el cuerpo, hambriento. ¡Dios, qué gusto

 

hallo en que estrujes mi desolación!

¡Como derviche giro -en acicate-

de torbellino! ¡Al éxtasis me incrusto!

 

Tú no percibes esa gota negra

 Tú no percibes esa gota negra

que me carcome el alma porque tienes

mi cuerpo transparente cuando vienes

al ágape. Yo sé que bien se alegra

 

la boca en el terrón, pero es amargo

también este mortal vaso que libas.

Avanza un poco más, no te prohíbas

el ácido rumor que también cargo.

 

Así estoy sazonado: estrella y cieno,

dolor y miel, espanto y seguir puro.

Te sepo a néctar, dices. Hay veneno

 

que no me catas y -mientras te amo-

voy derramándote mi lado oscuro

-junto a la luz que llevo- tramo a tramo.

 

20161129_100457Jorge García de la Fe nació en Cárdenas, Cuba el 25 de septiembre de 1954. Estudió una Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad de la Habana entre 1975 y 1981 y un Master en Literaturas y Culturas Latinoamericanas en Northeastern Illinois University entre 2011 y 2012. Actualmente labora como profesor de Español en Harold Washington, Richard Daley y Malcolm X Colleges en Chicago. Es poeta y ha publicado en antologías y revistas de Cuba, Estados Unidos y México. Recientemente publicó el libro de sonetos Aunque la nieve caiga de repente (2015).

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