HUMANOS
Resulta que las arañas eran dos
y compartían
su tela
en un ángulo del techo.
Las observé durante bastante tiempo.
Me preguntaba
si las unía
algo
semejante al cariño o la costumbre.
Cierta mañana una de las dos ya no estaba
y todo parecía seguir
igual.
Imaginé la noche previa:
Lágrimas, caricias y dos venenos que ya no pueden convivir.
LA CASA QUE
Esa casa que están Construyendo
ahora
mi abuelo y mi papá
será demolida por un albañil Anónimo
30 años después.
Mis hermanos y mis hijos todavía
no
nacieron.
Yo tengo un año
y miro cómo mi abuelo y mi papá
construyen la casa.
El poema llega hasta acá.
Lo escribí en reemplazo
de esa
foto
que nadie sacó.
MADE IN CHINA
Es que veo en tus juguetes
plástico de China
talleres trabajando sin parar
en el invierno
asiático
los rostros orientales
y las maquinas inyectoras
de la ciudad
más industrial del mundo.
Eso es lo que
veo
a veces
cuando vos no estás
y tus juguetes invaden nuestra casa.
Pienso que cruzaron el mar
en un container
sólo para acompañarte
en tu infancia latinoamericana
en el aburrimiento
de la siesta
de
este barrio.
Y son como un espejo
por donde el tiempo te mira
y después
pasa.
UNA POÉTICA
Cierta vez
vi a un perro perseguir a una avioneta.
Correrla a través de la pista
soltando tarascones
al aire
en el momento del despegue.
Un poema se domicilia en ese perro
hay un poema
que alquila una pieza por ahí
el intento desesperado
de morder
aquellas formas que despegan.
PROFUNDIDADES
A las profundidades se llega
como un barco
pinchado
donde hacés artesanías
-sábados y domingos-
por la tarde.
Allá en tu macramé espiritual
bajo las aguas
respirás
igual a tus hermanas
que son ese anzuelo hundido hasta el fondo.
Una Penélope económica
tejiendo y destejiendo
su trastorno
esperando a un boxeador.
Su zapato- robado a un tango-
tiene el barro verdadero
de una ciudad
falsa.
Javier Ramponelli tiene dos libros de poemas publicados. “El club de los mexicanos”, año 2006 (primer premio nacional editorial Baobad) y “El piso tembloroso del ring-side”, año 2010 (editorial Milena Caserola). Actualmente trabaja en un tercer poemario que titulará “El auto que chocamos juntos”. También tiene listo un libro de cuentos: “Entre Verónica y Los Cárpatos”; y una nouvelle por concluir: “Sin vacunar en el país de la rabia”.
Dedica su vida a la literatura y otros menesteres. Coordina un taller literario en la biblioteca municipal de Morón, conurbano bonaerense. Dirigió diversas revistas de poesía underground, como ser “La Bizca” o “Buenos días sr. Phill”. Utilizó el seudónimo de Luis Lhooner durante mucho tiempo. Ya no.
Tiene 38 años, por ahora.